domingo, 16 de septiembre de 2018

La mina prehispánica de jade en la Salada, Fresnillo, Zac.





La mina prehispánica de jade en la Salada, Fresnillo, Zac.

Por Bernardo del Hoyo Calzada.

    El 10 de julio de 2016, el Ingeniero Industrial Abrahán Hernández, me llevó a conocer los cráteres de impacto meteórico por él encontrados en la región y alrededor de la laguna de la Salada, en el municipio de Fresnillo, Zac. 
   También me dijo que, en la zona lacustre, del otro lado de la hacienda de la Salada había encontrado tepalcates y puntas de flechas antiguas, en un montículo ya muy desvanecido donde esta una pequeña zona arqueológica prehispánica.
   Después de visitar algunos cráteres le pedí a Abrahán Hernández, que me llevara a la zona arqueológica, para conocerla.
Cosa que hizo, y cuando comencé a explora el sitio, grata fue mi sorpresa que encontré Jade prehispánico, si, Jade prehispánico, y para sacar pronto esta determinación le dije a Abrahán que había jade en el sitio, y luego me comentó que una persona haciendo adobes en la zona lacustre, encontró hace algunos años un esqueleto de un chichimeca con una punta de obsidiana incrustada en el cráneo y un collar, recogió la punta de flecha de obsidiana y el collar de jade blanco y los huesos los llevó al panteón. Y así quedo la cosa. 
    Quiero decirles que tengo ya más de 40 años que en compañía de mi padre don Carlos del Hoyo Cabrera, inicie la búsqueda de piedras, primero en los terreros de minas que hay muchos en los alrededores de Zacatecas. Luego ir al campo, al que mi padre me llevó a la antigua hacienda del Cacalote en el municipio de Tepetongo, Zac., propiedad que era de mi bisabuelo don Eugenio del Hoyo Sandoval.  Enterado mi tío el historiador don Eugenio del Hoyo Cabrera de que nos dedicábamos a las piedras semipreciosas, pues mi padre andaba buscando ópalos en territorio zacatecano. Y mi tío Eugenio le escribió a mi papa pidiéndole que él quería que le mandara piedras que se encuentra en un potrero del Cacalote, piedras decía mi tío, que eran translucidas y algunas tenían ramitas   por dentro, son ágata musgosa, con dendritas de pirolusita y de color blanco, para pulirlas, y cuando mi tío Eugenio cuando fue a España en compañía de su amigo don Federico Sescosse  Lejeune, nos trajo dos libros; a mi padre uno de piedras preciosas y semipreciosas ya que previamente nos había regalado una cortadora y una pulidora para piedras. A mí me trajo un libro de Rocas y minerales. Eso fue por el año de 1976, que al poco tiempo de andar buscando ópalos, encontró mi hermano Luis Humberto del Hoyo Calzada, una mina de mini geodas con cascara verde, parecidas a las brasileñas, incluso le decía en son de broma las personas que eran de Brasil y me la creían. Bueno esa es otra historia.
  Yo, pronto me aficioné por la arqueología, los minerales, fósiles y también los meteoritos, mi padre se hizo lapidario y pronto tuvimos a un gran amigo Ricardo Peña, que nos traía discos con punta de diamante para cortar la piedra, y minerales que el llevaba de un lado a otro. Así aprendí muchos sobre los minerales, y él me ayudó a ampliar más mi colección de minerales, y entre las cosas que conservo y que Peña me dio es un meteorito y un huevo de dinosaurio, entre otras muchas piedras. 
Les digo todo esto porque no soy geólogo, soy apenas pasante de ingeniero químico, pero antes de ser investigador de historia, soy mineralogista, medio arqueólogo y ahora con los meteoritos, sigo investigando todo lo relacionado a los minerales y meteoritos.   
    Ya tengo más de dos años que he estado investigando el cráter de la Salada y la mina de Jade.
 Varios años salía los fines de semana al campo acompañando a mi papá, y buscamos minerales para hacer las colecciones de Rocas y Minerales, teníamos que clasificarlas, para eso mi padre me compró varios libros sobre rocas minerales y fósiles, que aun los conservo. Ahora con el internet, puedo más fácil mente investigar una piedra rara que encuentro en el campo o en las antiguas minas.
Por eso me resulto fácil identificar el jade cuando el Ing. Abrahán, originario de la Salada, me llevó al sitio. 
   Cuando le dije a Abrahán que tenía jade, me dijo que en toda la laguna habían sacado del fondo, en unos veinte pozos de exploración una piedra verdosa pálida. Luego me llevó con el señor que se encontró el collar de jade blanco, que el dicho señor y otras personas pensaban que era pedernal. Yo cuando lo vi, supe que se trataba de jade blanco, que no era pedernal, porque esa piedra de pedernal era bastante conocida para mí.
    Otra persona de la comunidad que me llevó Abrahán al andar investigando el sitio arqueológico tenía varias puntas de flechas y unas eran verdes, (Jade). Pueden ver las muestras en esta página, al final, en las fotos.
Volvía a ir al sitio y Abrahán me mostró dos entradas de la mina, una se aprecia una excavación en la roca, en forma rectangular, y la otra se ha desmoronado, y unas personas de la comunidad decía que en tiempo de lluvia algunas personas entraban a la cueva con todo y caballo. Después encontramos más entradas a la mina, algún de ellas tiene unos escalones escavados en la roca.  
   En la superficie encontré las vetas del jade, y explorando la región supe que no se trataba de una cueva sino de una mina, y no era metálica, era una mina muy antigua, que los minerales apenas se podían aprecia en la superficie de la mina, eran de jade verde, y todo el mineral sacado por los naturales estaba erosionado hacia la laguna salada.
También me mostró Abrahán unos sumideros tipo cenotes, o sea que la tierra se ha sumido hacia abajo, y esos sumideros estaban precisamente donde iba la veta encontrada en la superficie. No tenía ya duda porque se trataba de la mina de jade que había colapsado. También me dijo que había otro hoyo al otro lado de la laguna. Cosa que esta ultima vez que fui a la Salada me la mostró. Y pude ver que también se trataba de otra mina de jade. Solo que esta su entrada por la erosión se ha tapado. Y por si fuera poco en un rio que desemboca en la laguna salada encontré sedimentos antiguos con mineral verde pálido y parados, al que le dije a Abrahán que tenía ya otra prueba de que la Laguna de la Salada, era un cráter de impacto meteórico, porque los sedimentos se encontraban parados como el cráter de Concepción del Oro, Zac. Ya no tenía duda y deduje que el impacto meteórico en su momento de impacto que elevó la temperatura a más de mil
grados centígrados, fundió el mineral de la sílice con el fondo de sedimentos y demás minerales y formó el jade.  
   También encontré dendritas de pirolusita o ágata musgosa blanca como la del Cacalote, y ya investigando en internet todas estas piedras me lleva a la única dedición posible, se trata de jade de distintos colores como se dice en esta cita:

En la literatura arqueológica, el término “jade” comúnmente incluye una serie de piedras verdes entre las que se encuentran la serpentina, la jadeíta, la crisopasa, la cloromelanita y diversos tipos de cuarzos a los que en conjunto se denomina “jade cultural” o “jade social”. Sin embargo, en términos minerales, el jade abarca sólo dos tipos de rocas: la nefrita (un silicato de calcio y magnesio del grupo de los anfíboles y que dan lugar al jade nefrítico, más común en Asia) y los silicatos de sodio y aluminio, del grupo de los piroxenos, que
originan el jade jadeítico propio de Mesoamérica. La coloración del jade puede variar según los elementos que haya en cada mineral. Por ejemplo, el cosmoclor es un silicato de sodio y cromo (NaCrSi2O6), lo que le confiere un tono verde esmeralda oscuro. Por su parte, la jadeíta es rica en sodio y aluminio (NaAlSi2O6), por lo que existen tonalidades que van del blanco, el verde y el azul verdoso al azul o al violeta. El jade se caracteriza por tener una dureza alta, ocasionalmente es traslúcido, y su superficie adquiere mayor intensidad cromática, así como un brillo y una tersura excepcionales cuando se le somete a un prolongado proceso de desgaste, pulido y bruñido”.[1]

Las últimas investigaciones para el jade, son que solo hay una mina de jade en Guatemala, donde se ha probado que han surtido varias zonas arqueológicas, de los mayas y olmecas, y que en México se han encontrado jade solo en los lechos de los ríos, erosionados y no se han encontrado las vetas de jade como están en la Salada, por lo que es dese luego un hallazgo arqueológico importantísimo para la historia prehispánica mesoamericana. Porque sería la única mina hasta hoy encontrada en territorio mexicano. Y porque no decirlo que esta mina de jade se encuentra en territorio zacatecano.
Debo decirles que lo reporte al INAH, Zacatecas, y se me dijo que no era jade y no era mina, solo se trataba de una cueva kárstica, y les pedí que por favor mandaran a un especialista en jade prehispánico, y no he tenido repuesta, por eso pongo esto en mi blog, porque el día que ya no esté en este mundo, alguien tarde que temprano lo va a encontrar y va a decir que es hallazgo de él, y que yo no probé de que se tratara de una mina de jade.  
 Por eso pongo en fotografías las evidencias, para la consulta y la opinión de ustedes amables lectores.   
Las evidencias.
Cuando andaba con mi papa buscando ópalos, vi por Atitanác, Villanueva Zac., unas vetas largas con opalina, y me decían las personas que nos llevaron al sitio que escarbando más
profundo encontraríamos los ópalos, y en la Salada las vetas largar son como las de los ópalos, y es lógico que los indios siguiendo estas vetas que se encuentran a la orilla de la laguna buscasen un lugar más seguro para escarbar y no se inunde la mina, por eso las entradas a la mina están algo retiradas de la laguna, para que no se inunden.
   Otra razón es que vimos que las tres o cuatro entradas se comunican entre sí, y no se trata de una cueva como se me dijo por parte del INAH, se aprecia claramente que han colapsado, y si no se encuentra en la superficie piedra alguna extraída de la mina, pues esta se ha erosionado hacia la laguna. Las personas del INAH, tendrán que investigar más el fondo de la laguna buscando el mineral sacado y erosionado. Lo frágil del terreno y el tiempo remoto han casi borrado la mina como la conocemos hoy en día con los terreros. Pero esta no los tiene. Entonces si no es mina, ¿que andaban buscando los que escavaron y con qué fin? Son más de doscientos metros o más entre una entrada a la mina y otra. Y no pude ser cueva kárstica, porque esta tendría una entrada y una salida, por donde el agua la formó. Y no hay declive para decir que es una cueva kárstica, Falta hacer estudios más precisos por parte del INAH. El hecho de poner esta investigación en internet, es porque nadie me lo va a publicar, además el tiempo pasa, y afortunadamente una compañía minera que realizó sondeos en la laguna para sacar litio, desistió y se fue a trabajar a otro lugar, pero, pueden regresar[WU1]  y dar al trasto con la mina de jade, y no quiero que pase con las minas de crisocola que han llamado de Chalchihuites, porque el INAH, solo protegió la zona arqueológica e hizo un museo de sitio, pero, las minas de chalchihuites desapareció hace unos cuatro años, es decir, que una compañía minera arrasó con las minas prehispánicas de piedra verde o chalchihuites, pero, el verdadero chalchihuite está en la zona lacustre de la Salada, Fresnillo, Zac., en el camino prehispánico de Arizona donde se sacaba turquesa, pasando por chalchihuites donde se sacaba turquesa y crisocola, y pasaba por el jade de la Salada, y quizá también por la turquesa de Santa Rosa de Mazapil, Zac., a Teotihuacán, para surtir de piedras verdes a toda Mesoamérica.   

Continuará.

Guadalupe, Zac. 16 de septiembre de 2018.


[1] La geología del jade mesoamericano
Ricardo Sánchez Hernández